¿Te suena eso de ‘a mí no se me dan bien las matemáticas’? o ¡yo si no lo visualizo no se me queda! o ¡es que mi hijo no para, hasta en clase tiene que estar en movimiento!
Y es que a cada persona -recuerdo que siempre que hablo de personas incluyo también a los niños😜- se nos da bien una materia diferente. Y también la aprendemos, esa y todas, de una forma diferente.
Todos somos diferentes. Y cada uno aprendemos de una forma diferente. Este es otro de los motivos por el que el sistema educativo principal no funciona. Porque no se moldea, no se adapta, no es flexible con cada niño y su forma diferente de aprender. Todos los niños aprenden. Todos los niños tienen la capacidad innata de ser curiosos y de aprender cosas nuevas. Todos. TODOS. Solo tenemos que observarles con empatía y sin juicio y sacar nuestras conclusiones para después tenderles los puentes necesarios y aportarles las herramientas que cada uno necesite. Vamos, que se lo pongamos fácil para que aprendan como ellos necesiten y de la manera más fluida para ellos y NO que aprendan como nosotros los adultos y el propio sistema rígido que hemos creado queramos que ellos aprendan.

En este esquema vemos diferentes formas de aprendizaje de un niño. Estaría bien que pudiéramos incluir sino todas las máximas posibles. Y si el sistema no se adapta a nuestro hijo, lo hagamos nosotros en casa. Y les ayudemos a aprender cualquier materia, no de la forma que el sistema le exige, sino de la forma con la que nuestro hijo se sienta más natural.
Por ejemplo, todos los niños van a aprender a sumar. Pero unos comprenderán mejor un concepto matemático escuchando al maestro una explicación teórica, otros lo comprenderán cuando vean la ecuación o el esquema en la pizarra y otros lo entenderán cuando con 5 fresas en mano realicen las sumas y las restas.
Si observamos a nuestro hijo y conseguimos ver de qué forma le resulta más fácil y natural aprender o memorizar, seguro que podremos ayudarles muchísimo más si lo hacemos como ellos necesitan aprender y no como nosotros queremos que aprendan.
Si el sistema no se adapta a ellos, que es quien tiene la máxima obligación de hacerlo, podemos adaptarnos nosotros en casa.