En el que me meto para conectarme con el amor que a veces no siento.
En el que me refugio para desconectarme del ruido de fuera.
En una de las semanas más complejas y duras de trabajo que recuerdo.
En uno de esos días en los que ser familia de 2 es muy difícil. Porque lo difícil no es jugar contigo o gestionar el día a día. Lo realmente difícil es tomar algunas decisiones importantes en tu vida. Y que el peso caiga solo sobre mi.
Y cuando todo eso me lleva al límite de lo que siento que son mis capacidades, llegas tú con tu ‘hola mamá Vero’ y me desmorono.
Te abrazo y me meto en ti.
‘Hola hijo Luca’
Nos damos un baño y me refugio ahí.
Y así, sin darme a penas cuenta y a medida que pasa el tiempo te has convertido en mi seguro grupo burbuja.
Donde nadie puede entrar ni salir. Al que nada puede perturbar.
Y abrimos las ventanas y entra el aire fresco. Y jugamos al sol. Desnudos. Tranquilos.
Tú eres mi grupo burbuja, Luca.
Mi espacio libre de virus y de desencuentros.
Gracias por ser la balanza perfecta.
