Y luego llega un día de calor y de sol. Pero lo que nos apetece es abrir paragüas y cantar bajo la lluvia. Pasillo arriba y pasillo abajo. Una vez. Y otra. Y otra. Y una hora seguida. Y entre evaluaciones de final de curso, nueva web, horarios nuevo curso y y y… la verdad es que no existía mejor plan. No siempre hay Plan B.
A veces el Plan A es la única opción.
Y si en el plan está cantar bajo la lluvia, se convierte en el plan casi perfecto.

