Volveremos a los bosques. A las montañas y a pasear hasta agotarnos.
Un día menos.
Un día más de aprendizaje y crecimiento a la mochila.
Este confinamiento nos desordena y nos ordena. Lo pone todo boca arriba para, como en un juego de memoria, ir seleccionando piezas.
Cuando todo acabe, de verdad, espero haber cambiado lo suficiente. Espero recordar la fortaleza que nace y la vulnerabilidad con la que convivo.
Cuando todo acabe, ojalá lo que empiece sea nuevo.
Y lo viejo que haya permanecido, sea lo real. Los abrazos que sean verdad. Los te quiero que no den más miedo. La conexión. La conexión que tenga sentido.
Volveremos a los bosques. A respirar hondo el musgo y la humedad.
Un día menos.
Volveremos a la montaña. A sentir el sol en la piel erizada.
Un día menos.
Volveremos al monte y gritaremos hasta que se rompa el confinamiento que se ha quedado dentro.
