Es lo único que tiene sentido. Y coherencia. Y lo único que debe y debería tener cabida.
La crianza respetuosa va mucho más allá que de no actuar violentamente en ciertos momentos con tu hijo/a.
Es tan difícil y tan profundo el tema que hay que estar realizándose un trabajo constante con uno mismo y con la relación con ‘el otro’.
Seguramente si conviviéramos con una persona adulta dependiente lo comprenderíamos rápidamente.
¿Te imaginas no consultarle e incluso no pedirle su consentimiento antes de tocarle o cambiarle de posición o de lugar? ¿Te imaginas no preguntarle qué prefiere comer hoy? ¿O si le gusta o no? ¿Te imaginas no comentarle que vas a llevarle al médico a que le hagan ciertas pruebas? Y mucho peor… ¿Te imaginas no respetar su opinión adulta?
Pues eso es lo que hacemos con los niños. De cualquier edad, pero sobre todo cuando todavía no utilizan nada o casi nada el lenguaje verbal.
Y de eso trata la base de la crianza respetuosa. De anticiparle lo que va a ocurrir. De comentarle las personas a las que va a ver o las cosas que van a suceder. Se trata de incluso preguntarle cuando es un bebé de pocos meses. No, no te va a contestar verbalmente. Y tampoco lo hará de ninguna otra forma las primeras veces. Pero sí, llega un día que ya ha comprendido tu lenguaje, el tono de tu voz, tus preguntas, tus anticipaciones. Comprende que estás teniendo en cuenta su opinión. Comprende que estás incluso preguntándole, y que tus silencios tras tus palabras están simplemente a la espera de cualquier señal. De cualquier tipo de respuesta. Y, de repente, esa respuesta llega. Y el bebé te hace un gesto de aprobación o de negación. Te responde. Te hace ver que está de acuerdo con lo que vas a hacer con su cuerpo. Un cuerpo que es suyo. Solo suyo. Pero que no es capaz todavía de moverlo con independencia. Y que confía en ti para que lo hagas por él o por ella.
Y te responde. Y solo tiene 4 meses.
¡Pero un bebé de 4 meses no sabe nada!
Mentira.
¡Pero si un bebé de 4 meses no entiende nada!
Mentira.
¡Pero si un bebé de 4 meses no sabe qué es mejor para él y qué no!
Mentira.
¡Pero si un bebé de 4 meses no sabe todavía lo que le gusta o lo que no! ¡Ni quién le gusta y quién no!
Mentira. Mentira. Mentira.
Un bebé de pocos meses, menos de 4 incluso, sabe perfectamente qué le gusta y qué no si le das la oportunidad de descubrirlo. Sabe perfectamente con qué personas está cómodo -por la razón que sea- y con qué personas no lo está. Sabe perfectamente cuándo quieren que le toquen y cuándo no.
Tenemos que ser capaces de dar esos momentos y espacios de intimidad en nuestra relación con ellos. De comunicación tranquila, sin prisas y sin ruidos alrededor. Y consultarles. Habladles como si fueran adultos independientes que solo están pasando una temporada en la que necesitan una ayuda extra. Tenemos que aprender a preguntarles incluso si quieren que les cambiemos ese pañal empapado de pipi. A aprender a captar su respuesta. Y, sobre todo, a respetarla. Por mucho pipi que lleve. Igual ese pipi puede esperar un poquito más en el pañal y esperar a que él mismo se dé cuenta de que la mejor opción es cambiarlo. De que se dé cuenta de que vamos a respetar su decisión sobre su propio cuerpo. De que no vamos a cogerlo en brazos en un momento que no se lo espera o que incluso no desea. Aunque seas su madre. Igual ahora prefiera estar tranquilo y solo y que ni siquiera tú le interrumpas ese momento íntimo de soledad y aprendizaje.
Y un día comenzará a utilizar el lenguaje verbal y se dará cuenta de que si lo utiliza tú vas a escucharle. Y si le preguntas, vas a respetar su opinión y sus apetencias.
Eso es la crianza respetuosa. Entre tantas tantas tantas otras cosas❤️

¡qué bonito!
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¡Ay qué bien que te guste! ¡Gracias!
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