¡Y una mierda!
Que no. Que hay momentos e incluso días que no le veo el buen rollo a esto. No le veo la conexión con tu sonrisa por mucho que lo hayas intentado varias veces. Ni le veo la puta gracia a estar organizando ropa, haciendo la cena y la comida de mañana porque llegaremos tarde de atención temprana y que tú te dediques a lanzar todo lo que pillas o a vaciar el congelador 500 veces seguidas. Siento no tener la puta paciencia que debería tener cuando mi cabeza no para de dar vueltas y en lugar de estar jugando contigo estar haciendo todo lo demás. Que no. Que no me vale ‘que cene un vaso de leche’. No me sale del moño que cene leche cuando había comprado una lubina para hacerla al horno. Ni me vale ‘todo lo demás no es importante sino jugar con él’. Porque hay días que sí es importante para mi. Porque no siempre puedo renunciar a ordenar la ropa. No siempre quiero sentarme a jugar con él. Y no siempre tengo la santa paciencia de escucharle gritar y sacar la ropa de la lavadora y vaciar el armario de los peroles y sacar las patatas y las cebollas y barrer la cocina y tirarse el agua del gato por encima y bajarme los pantalones 5 veces mientras hago la cena. Hay días que no me hace ni puta gracia que me baje los pantalones. No se la veo. No le veo ni la risa ni le veo la mirada jugetona ni le veo su puta necesidad de abrazo. Porque no quiero verla. Y punto. Porque necesito ir a mi puta bola durante media mísera hora y hacer cuatro cosas en casa sin que me busque ni necesite mi atención. Y no. No hay final feliz en este escrito. Ni hay culpa. Ni hay reconciliación conmigo misma. No voy a ser políticamente correcta y decir que la maternidad en solitario es de puta madre porque no tienes que aguantar a un desconectado con el que pelear por si dormimos todos juntos o si él se va a otro cuarto. Que noooo. Que hay ratos en los que no mola. Hay ratos en los que sería infinitamente más fácil si pudiera encerrarme en la puta cocina durante 45 minutos y organizar medianamente las comidas y las ropas de los próximos dos días. Que noooo. Que no voy a escribir que la conexión con Luca es especial, que es un niño feliz, armónico y bonico. Que nooo. Que esta noche estoy hasta el gorro de estar peleando con él. Joder. Que nos hemos acostado y mi casa está como si no hubiera hecho nada en toda la puta tarde. ¡Y no mola!
Fin. Punto pelotas. Ya está.

Ánimo Vero!! Paciencia y fuerza que tú puedes!! 💪❤😉
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Gracias Eli❤️
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Que te quiero, guapa ❤️😘
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Y yo a ti❤️
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Esa es la realidad, eso es ser madre, tanto si estás sola como acompañada. Animo guapa¡¡¡
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Gracias Miriam💪🏽😊
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