Hay detalles que te transportan a algún lugar.
Hace pocos años, me solía cruzar con un señor mayor paseando por mi pueblo, que fumaba puros y olía a perfume. El mismo que usaba mi abuelo Eliseo. Puro y perfume. La combinación perfecta para que yo caminara detrás de él un rato, casi con los ojos cerrados, mientras visualizaba imágenes de mi infancia feliz junto a mi abuelo. Murió siendo joven yo y él mayor. Pero siempre hay algo que me lleva directa a él.
Hoy ha sido día de ordenar cajas y tirar lo que ya no necesitamos en casa. Limpieza por dentro y por fuera.
Y han salido estos botecitos.
Detalle que me ha llevado en menos de 1 segundo a hace 17 meses cuando estábamos ingresados los dos. Yo recién parida. Tú recién nacido. Yo aún desconociendo qué te estaba ocurriendo. Tú en la incubadora con los ojos abiertos y desconociendo qué te estaba ocurriendo.
La leche tardaba en subir. Tú naciste sin instinto de succión. Por el dolor. Y sin fuerza siquiera para poder mamar (mamar requiere de una fuerza brutal por parte del bebé).
En La Fe me rodearon mujeres maravillosas que me ayudaron en el proceso. Desbordada. Profundamente triste. Desconociendo. El no saber a mi me provoca muchísima inseguridad. Me ayudaron a sacarme leche. Exactamente cada 3 horas. Para que pudieran darte el biberón a su debido momento. Me ayudaron a limpiarme bien los pezones. Me dieron esta crema que ellas mismas hacían y con la que no tuve ni una grieta. Conectada como una vaca a dos máquinas que me sacaban la leche mientras pensaba en ti y en el silencio y el vacío que los dos sentíamos por igual.
A los 5 días, con algunos resultados en mano y ya desconectado de algunos aparatos, me permitieron cogerte en brazos. Me dijeron ‘mínimo 1 hora’. Te tuve metido en mi camiseta 8 horas casi seguidas. No podía dejar de abrazarte.
El pezón no era lo tuyo. Seguías sin fuerzas, aunque ya tenías el instinto. En el bote con tu nombre está la pezonera que nos dieron para ver si con ella te enganchabas. A mi me provocaba una sensación tan artificial que decidí no usarla, pese a sus recomendaciones, para que notaras mi piel y olieras mis hormonas.
Y funcionó. Nuestros 11 meses y medio de lactancia, que fue tu decisión dejar, fueron maravillosos. A pesar de estar un mes sacándome leche cada 3 horas -día y noche- hasta que al fin te cogiste bien, me lo pusiste todo tan fácil. Fue tu alimento exclusivo durante 6 meses. Y complementario 6 meses más.
Y hoy, al ver el bote de crema y el de la pezonera, me ha venido todo encima. De repente. Sin esperarlo. Otra vez la olor de la UCI Pedriática y el sonido de las máquinas conectadas a las incubadoras.
He parado. Inmóvil durante unos segundos. Y sin más he vuelto a llorar. Y tú me has mirado y has venido corriendo.
Estamos bien. Los dos.
Y te quiero tanto…

Cuánta intensidad! Leyendo tu texto me vienen algunos olores a mí también.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Soy demasiado intensa🤦🏽♀️
Me gustaMe gusta
Jajaja! Y quién no en momentos como ése?
Me gustaLe gusta a 1 persona
Joder! Con éste he llorado y mucho! Que recuerdos y que Fuertes fuisteis los dos. Formáis un equipo de puta madre❤❤❤
Me gustaMe gusta
Luca fue muy fuerte. Si pienso lo que le ocurrió y cómo entró en La Fe, alucino con su fortaleza❤️
Me gustaMe gusta