Llevo meses escuchando, y ahora más, que es agotador hasta que pasan a ser independientes físicamente. No lo he vivido ni lo vivo ahora así.
No me he agachado detrás de él cuando empezó a moverse y a gatear. Sí me he tumbado en el suelo a leer mientras él se movía cerca. Me he sentado cerca a observarle, a acompañarle y cuando él me lo ha pedido, a jugar con él.
Es parte del Movimiento Libre. Físicamente Luca no me agota. Mi lumbago está en perfecto estado. Mis rodillas también.
Luca ha empezado a caminar esta semana. Él solo. Sin mi ayuda excepto en momentos puntuales que él me ha pedido. Nunca le he ni siquiera motivado a moverse.
Hace poco un amigo me dijo: ‘tu comedor está para Luca’.
Así lo he colocado todo. Para que él tuviera el espacio necesario para moverse libremente. Y libremente quiere decir, con seguridad, con la libertad que su mente y su cuerpo necesitaran y sintiéndose respetado en sus propios ritmos.
Luca ya camina y no le he dado la mano en casi ningún momento. De forma natural, su cuerpo se mueve y desarrolla en el momento en el que se siente preparado.
Cualquier ser humano, aún con dificultades físicas reales, tiende a caminar. Si dejamos a un bebé en el bosque, aprendería a caminar sin ayuda. La dependencia humana es otra. No es la del movimiento.
Cuando los adultos insistimos en darle la mano conseguimos, por ejemplo, que no se ensucien tanto. Es alarmante cuánto preocupa ver a un niño pequeño sucio de comida, de barro o de mocos.
Pero lo peor que conseguimos es que aprendan a sentirse de alguna forma incapaces. Me gusta ver como Luca se levanta y echa a andar. De repente, pierde el equilibrio y sin parar de caminar levanta los brazos y consigue de forma autónoma mantenerse erguido. Cuando cae de culo, me mira y me dice ‘ohhhh’.
Está aprendiendo a observarse a sí mismo. A respetarse y sentirse respetado. A moverse y sentirse libre y seguro para hacerlo. Está aprendiendo a sentirse capaz. A que no hay errores en el proceso ni necesita que otra persona le diga cómo y cuándo debe empezar a aprender. Su cuerpo y su propia voluntad le pertenecen. Y quiero que desde ya empiece a aprenderlo.