Es la belleza y la capacidad de sentirla.
Las imágenes que me entreabren los labios y los momentos que me conectan.
Es la poesía lo que se escondió aquel mes de abril.
Son las ganas de sentir. De percibir el sol que amanece y la luna que le espera.
No era miedo por Luca. Luca estaba bien. Luca está bien.
Oye.
Oigo.
Era miedo a estremecerme. Ese era el bloqueo. Miedo paralizante a volver a sentir. Por si acaso. Y por eso el miedo a desbordarme. Por eso el miedo a que saliera todo y perdiera el control.
Oye.
Oigo.
Era miedo a sentir la copa de vino fría. A que no se diera el sutil roce que me despertara. Y bailar. Miedo a bailar. Bailemos.
La poesía se escondió y acaba de asomarse. A mirar.